Standaard Boekhandel gebruikt cookies en gelijkaardige technologieën om de website goed te laten werken en je een betere surfervaring te bezorgen.
Hieronder kan je kiezen welke cookies je wilt inschakelen:
Technische en functionele cookies
Deze cookies zijn essentieel om de website goed te laten functioneren, en laten je toe om bijvoorbeeld in te loggen. Je kan deze cookies niet uitschakelen.
Analytische cookies
Deze cookies verzamelen anonieme informatie over het gebruik van onze website. Op die manier kunnen we de website beter afstemmen op de behoeften van de gebruikers.
Marketingcookies
Deze cookies delen je gedrag op onze website met externe partijen, zodat je op externe platformen relevantere advertenties van Standaard Boekhandel te zien krijgt.
Je kan maximaal 250 producten tegelijk aan je winkelmandje toevoegen. Verwijdere enkele producten uit je winkelmandje, of splits je bestelling op in meerdere bestellingen.
Quien alcanza la cincuentena normalmente se ha iniciado ya en el conocimiento de un gran secreto. Tras averiguarlo, al abrir el libro de la vida, lo lee de una manera diferente de como lo había hecho antes, más de treinta años atrás, allá por la primera juventud. Aunque el mundo es el mismo antes y después, todo ha cambiado para siempre, porque el lector, más viejo, se ha informado por experiencia de lo que le espera: es muy frecuente que para entonces haya tenido que velar el cadáver de uno de sus padres y que ya no le resulte difícil imaginar el propio, lo que le despierta un sentimiento de desconsuelo (Inconsolable), cansancio (Quiero cansarme contigo) y melancolía (Las lágrimas de Jerjes). En la trilogía reunida aquí, el protagonista es siempre un huérfano en torno a los cincuenta que, en determinado momento, sostiene un diálogo con el espectro de su padre difunto. Las obras exploran ese elemento común por medio de géneros distintos: el monólogo, la comedia moral y la tragedia. Las dos primeras ya habían sido publicadas, la tercera es inédita, y las tres se reúnen aquí por primera vez, precedidas del ensayo 'Sucio secreto'. Mientras que la filosofía proyecta siempre la luz del concepto sobre la misteriosa condición humana, el teatro representa sus oscuros abismos sin necesidad de explicarlos.