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Juan Gil-Albert (Alcoy, 1904-Valencia, 1994) es considerado unas veces de la generación del 27 y otras del 36, aunque quizá conviene insistir en su singularidad como escritor. Nació en una familia acomodada. Las circunstancias lo llevaron a la que él llama su «ilustre pobreza». Durante toda su vida se caracterizó por su ejemplaridad moral y por su independencia de criterio, que se atiene siempre a la razón. Fue secretario del II Congreso internacional de intelectuales antifascistas y de la revista Hora de España. Durante su exilio en México empezó a escribir los textos inéditos que componen Un arte de vivir, similares, en cuanto a impulso cívico, a los que forman parte de su Breviarium Vitae. En 1947, al volver de México, inicia una larga etapa de exilio interior, hasta que, en 1974, empieza a editarse su obra. Durante esos años siguió escribiendo, sin publicar, y vivió muy austeramente. Un arte de vivir es una reflexión sobre la historia en general y la propia historia del autor, que reclama un profundo compromiso con el ser humano y con la justicia. Gil-Albert reflexiona en este libro sobre todo lo que compone la vida misma y lo hace con la finalidad de enfrentarse a ella y de servir a los demás. Lo más característico de su obra es su honda humanidad y su exigencia moral. Ante la turbulencia de los tiempos que vivimos, bueno será que volvamos los ojos a una obra escrita con honradez, serenidad y humanismo.