Standaard Boekhandel gebruikt cookies en gelijkaardige technologieën om de website goed te laten werken en je een betere surfervaring te bezorgen.
Hieronder kan je kiezen welke cookies je wilt inschakelen:
Technische en functionele cookies
Deze cookies zijn essentieel om de website goed te laten functioneren, en laten je toe om bijvoorbeeld in te loggen. Je kan deze cookies niet uitschakelen.
Analytische cookies
Deze cookies verzamelen anonieme informatie over het gebruik van onze website. Op die manier kunnen we de website beter afstemmen op de behoeften van de gebruikers.
Marketingcookies
Deze cookies delen je gedrag op onze website met externe partijen, zodat je op externe platformen relevantere advertenties van Standaard Boekhandel te zien krijgt.
Je kan maximaal 250 producten tegelijk aan je winkelmandje toevoegen. Verwijdere enkele producten uit je winkelmandje, of splits je bestelling op in meerdere bestellingen.
Inglaterra tuvo, como una de las naciones vencedoras más poderosas de la Primera Guerra Mundial, una responsabilidad única en el mantenimiento de la paz después del Tratado de Versalles. Sin embargo, en 1939 Europa estaba precipitándose una vez más hacia un conflicto catastrófico. ¿Podría haberse hecho más por impedir la ascensión del nazismo y por destruir a Hitler cuando era aún débil? ¿O no hubo nunca posibilidad de poner coto a sus terribles ambiciones?Ian Kershaw examina este tema crucial y polémico, centrándose en la figura de lord Londonderry: grande del reino, patriota, primo de Churchill y ministro del gobierno responsable de las fuerzas aéreas británicas en un momento crucial de su existencia. La reacción de Londonderry a la ascensión de Hitler (buscar la amistad con los nazis a toda costa) plantea cuestiones inquietantes sobre el papel de Inglaterra en la década de 1930 y el nivel de apoyo al Tercer Reich. ááLos argumentos de Los amigos de Hitler son inapelables, reconfiguran todo el debate sobre el apaciguamiento y recrean vívidamente un mundo en el que las ambiciones de los nazis seguían siendo verdaderamente difíciles de sondear.