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En un momento en que se están descuidando las virtudes de las grandes tradiciones en beneficio de las exigencias de la «comunicación» o de un nuevo positivismo, el libro de Catherine Chalier aparece como una lección de sabiduría.Si bien los actos de transmisión constituyen la savia misma de todas las sociedades humanas, son muchos los peligros que los amenazan con consecuencias a menudo dramáticas. Así, el desarrollo de una tutela de la libertad, mediante adoctrinamiento, o, al contrario, un acento excesivo en la autonomía del individuo, al que bastaría transmitir simplemente informaciones y saberes, dañan el vínculo simbólico entre las generaciones. En este libro, se trata de evaluar la magnitud de ese peligro para reflexionar mejor sobre las exigencias, antiguas y nuevas, que dan fuerza, significado y dinamismo a la palabra humana dirigida por los mayores a los más jóvenes.Precisamente en Occidente el acto de transmisión está en crisis, con demasiada frecuencia, se abandonan a su suerte a las nuevas generaciones olvidando legarles lo que nos hace vivir. Regresando a las fuentes griegas, la autora explicita los actos indispensables en toda transmisión: narrar, explicar y demostrar, adoctrinar, informar, escuchar, desear y, finalmente, testimoniar. De una generación a otra puede transmitirse una palabra viva, portadora de esperanza, consciente del aspecto trágico de la historia