Standaard Boekhandel gebruikt cookies en gelijkaardige technologieën om de website goed te laten werken en je een betere surfervaring te bezorgen.
Hieronder kan je kiezen welke cookies je wilt inschakelen:
Technische en functionele cookies
Deze cookies zijn essentieel om de website goed te laten functioneren, en laten je toe om bijvoorbeeld in te loggen. Je kan deze cookies niet uitschakelen.
Analytische cookies
Deze cookies verzamelen anonieme informatie over het gebruik van onze website. Op die manier kunnen we de website beter afstemmen op de behoeften van de gebruikers.
Marketingcookies
Deze cookies delen je gedrag op onze website met externe partijen, zodat je op externe platformen relevantere advertenties van Standaard Boekhandel te zien krijgt.
Je kan maximaal 250 producten tegelijk aan je winkelmandje toevoegen. Verwijdere enkele producten uit je winkelmandje, of splits je bestelling op in meerdere bestellingen.
Epistológrafa, poeta, dramaturga (entre cuyas obras destaca Juana de Arco cumpliendo su misión) y pintora de flores, santa Teresita fue, como observaba desdeñosamente una de sus compañeras del Carmelo, una »artista«. Pero fue ante todo lo que hoy llamaríamos una marginal, constantemente señalada con el dedo durante su breve existencia (Alençon, enero de 1873 - Lisieux, septiembre de 1897). Su belleza y su gran sensibilidad hicieron de ella una mujer diferente, y tanto en la Abadía donde estudió, como en el Carmelo donde se le consideraba una inútil, pagó cara esa diferencia que ella explicaba diciendo: »Mi excusa es que soy una niña«. Gracias al cielo, siempre conservó el espíritu de infancia que le inspiró su famoso »caminito« y su voluntad manifiesta de convertirse en una santa mediante una vida de amor. Esta niña de fuego debería haber vivido en la España de santa Teresa de µvila y de san Juan de la Cruz a quienes alcanza en sus más sublimes arrebatos. En una época asolada por el miedo al pecado mortal y el terror a la condena eterna, santa Teresita aportó solaz y esperanza en la infinita misericordia de Dios.