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Esta visión-proyecto surge de una serie de conclusiones que el Señor depositó en mi espíritu, como resultado de seminarios, talleres y ministraciones de liberación que desarrollé desde abril a diciembre del año 2007 en Puerto Rico.Todo comenzó cuando en abril del 2007 fui invitado por la pastora de una iglesia a impartir con los líderes de su iglesia unos talleres sobre cómo ministrar liberación, para que eventualmente cada uno de ellos se sometiera al proceso de liberación. A partir de ese momento se desplegó una actividad de ministración que me permitió tocar a cada líder y a todos los departamentos de la iglesia. Esta actividad me llevó inclusive a ministrar también a varios miembros de la congregación, aún a pastores y miembros de otras iglesias que se enteraron de lo que estaba pasando.
Las manifestaciones de su Gloria que Dios mostró durante todo este tiempo fueron tan impactantes para mí. Pude ver sanidades, liberaciones, restauraciones y mucha gente recibiendo un toque de Dios y afirmando sus vidas espirituales. El Señor me ha permitido dar cobertura espiritual a muchas personas, incluyendo pastores. Entiendo que Él me está transportando en un mover profético y apostólico para desarrollar un ministerio de liberación y establecimiento del Reino de Dios, dirigido a ministrar en toda la región del Caribe.La visión de Dios.
Quiero compartir con usted sobre cómo nació esta visión. Como ya indiqué en los párrafos anteriores, todo se remonta a la actividad desplegada desde abril a diciembre del 2007. Durante ese tiempo estuve ministrando liberación, originalmente a los líderes de la iglesia, y eventualmente a otras iglesias y pastores del interior de la isla. Atendí casos que nunca antes había tratado anteriormente. Casos de gnosticismo, santería, ocultismo y satanismo, mezclados con homosexualismo y lesbianismo, que me llevaron a desarrollar estrategias especiales para contrarrestar la opresión que confronté como parte del ataque del enemigo por la labor de ministración de liberación que se estaba desplegando, que en Puerto Rico es mínima.
En los momentos cuando ministraba liberación, donde el demonio se presentó con una fiereza bestial, el Espíritu de Dios me llevó a ejercer la autoridad recurriendo a acciones de fe que desvirtuaban y paralizaban la obra del demonio. Todo aquel que ha ministrado liberación sabe que cuando hay una manifestación satánica, el cuerpo resiente esa presencia, y en más de algún momento el cuerpo percibe el temor de que el demonio quiere abalanzarse sobre uno para dañarnos físicamente. He estado trabajando con personas que han incursionado con pactos con Satanás, y en las ministraciones se han manifestado demonios que han infundido miedo. Ha sido en esos momentos que he recurrido a descalzarme como acto de fe, para reclamar autoridad y dominio sobre Satanás, y declarar que estoy en "lugar santo", y que éste -Satanás- no tiene territorialidad sobre el lugar donde estoy ministrando, en correspondencia a la Palabra que Dios le declaró a Moisés frente a la zarza ardiente (Éxodo 3:5; Josué 5:15).
Estos actos de fe me mostraron que Dios nos está despertando a una nueva conciencia espiritual: La necesidad de establecer el Reino de Dios en el lugar donde estamos ubicados.En muchas de nuestras iglesias locales no se ha logrado establecer el Reino de Dios en su plenitud. Jesús declaró "Y si por espíritu de Dios yo echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios." (Mateo 12:28).
Hemos creído parcialmente que la tarea principal es predicar, fundar iglesias y multiplicar membresías, y si se puede, hacer de nuestras congregaciones unas mega-iglesias. Este es predominantemente el concepto de bendición y prosperidad que ha prevalecido.Estos actos de fe me mostraron que los demonios reclaman territorialidad, no solamente buscan posicionarse