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Versión bilingüe de un clásico persa del siglo XI en una inédita y extraordinaria versión de Clara Janés y Ahmad Mohammad Taherí. "En la Persia medieval, desgarrada por contradicciones surgidas de la pugna entre el sustrato cultural autóctono y la impuesta civilización árabe que en aquel momento defendía el fanatismo religioso, la figura de Omar Jayyam aparece como un astro inesperado en un firmamento tormentoso. Por entonces, los sultanes gasnavíes y selyúcidas, de origen turco, dejaban que se acusara impunemente de herejía e incredulidad a los científicos y que se despreciara a los filósofos. Tanto más inusitada resulta, pues, en este panorama la personalidad de un científico, pensador y poeta indomable que, gracias a su inteligencia, se mantuvo incólume sin ceder en ningún punto respecto a sus convicciones y sin hacer alarde de sus conocimientos. De entre todas sus actividades, aquella que llevaba a cabo en secreto, la poesía, era un espejo donde todo lo demás se reflejaba: la afición a la música, el pensamiento próximo a Avicena, el saber matemático y de la astronomía, las ciencias naturales y el conocimiento profundo de la existencia. Lo que Jayyam tenía que decir, y que procedía de su visión racional de las cosas, tenía un carácter tan alarmante y explosivo que debía mantenerse oculto. Por este motivo, los rubayat de Jayyam fueron clandestinos en su momento y según el escritor iraní del siglo XX Sadeq Hedayat, exceptuando trece de ellos, estos poemas no se reunieron hasta tres siglos después de la muerte del poeta. (à) La potencia de unos versos se mide por ellos mismos, pero también por la dimensión del área que abarcan. Si única es la poesía de Jayyam en sí, único es también el alcance de su repercusión. Esto se debe no sólo a su fuerza expresiva y a sus imágenes, sino ante todo a su profunda verdad.ö (Del prólogo de Clara Janés)