Estos
Recuerdos del tiempo viejo son las memorias del poeta español romántico más popular del XIX, que al final de su vida, cuando contaba 64 años y forzado por la necesidad, se ve obligado a retirarse del gremio de los poetas para entrar en el de los periodistas, como él mismo escribe.
José Zorrilla (Valladolid, 1817- Madrid, 1893) comenzó a publicar por entregas una serie de artículos en prosa en
Los Lunes de El Imparcial entre 1879 y 1882 bajo el título
Recuerdos del tiempo viejo. El interés suscitado por los lectores hizo que los reuniera en un primer volumen que apareció por primera vez en Barcelona (en 1880, impreso por Sucesores de Ramírez y Compañía), y al que le sucedió un segundo que ya se imprimió en Madrid (en 1882, por Tipografía Gutenberg). Zorrilla fue alargando la publicación de recuerdos sueltos pese a anunciar hasta en cinco ocasiones que ya no seguiría escribiendo mas, e incluso añadió otro volumen que publicó el editor Eduardo Mengíbar de Madrid y que llamó
Hojas traspapeladas del tiempo viejo. En esta edición de Bolchiro no se incluyen las
Hojas traspapeladas por no tratarse propiamente de sus memorias, sino de fábulas y poesías de temática romántica.
En esta obra José Zorrilla se nos revela como un hombre solitario, contradictorio, ferozmente autocrítico, pero con gran sentido del humor y de trato amistoso; y además, como un hombre de empresas imposibles, cosmopolita y con una vida aventurera que discurre por Europa y América. En ocasiones es protagonista en estos artículos de episodios políticos, culturales y sociales relevantes de su época, mientras otras se comporta como mero espectador o fabulador de estos, ofreciendo uno de los pocos ejemplos de la literatura memorialística española del siglo XIX.