En la mayoría de las regiones de Oriente, los cuencos tibetanos se han utilizado como objetos rituales para la relajación, la meditación y la práctica religiosa durante mucho tiempo. La India, China, Nepal, Tíbet, Corea y Japón han incluido estas campanas en sus ritos espirituales y festivos.
El sonido que producen estos "cuencos", que se asemejan a una campana invertida, depende sobre todo de su amplitud y profundidad. El roce con la superficie interior produce unos sonidos musicales exclusivos de este cuenco que no pueden reproducirse.
Los cuencos cantores se fabrican tradicionalmente con siete metales diferentes, que corresponden a los siete planetas reconocidos. El oro representa el sol; el mercurio es el planeta Mercurio, y la plata es la luna. El plomo es Saturno, el estaño Júpiter, el hierro Marte y el cobre Venus.
Hay cuencos de cristal que producen un sonido precioso, y quienes los tocan pueden ser capaces de equilibrar y afinar sus chakras o luz interior y mejorar su salud mental y física.
En una región del mundo en la que la tradición espiritual es un elemento importante de la sociedad, el cuenco tibetano ha desempeñado un papel fundamental en muchas ceremonias religiosas, de inducción al trance y de terapia de meditación, donde tiene tanto aplicación práctica como el valor vital de la salud y la medicina tradicionales.
Los practicantes de la medicina alternativa y otros que evocan los sonidos relajantes de los cuencos cantores en Occidente están ganando popularidad por su eficacia terapéutica y su terapia tranquila y relajante que se asemeja más a la meditación tradicional que a otras terapias terapéuticas. El sonido de un enorme cuenco curativo es el más tranquilizador y relajante del planeta.
Ya sea por el sonido de las vibraciones del aire, los cuencos cantores tienen el poder de relajar y asentar los nervios, y todos los sentidos se benefician del sonido calmante que producen. Simplemente relájese y permita que esta maravillosa melodía musical le envuelva en una mística tranquilidad.
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