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Las personas nos enfrentamos a dos grandes amenazas, afirma Deirdre N. McCloskey, una de las economistas y pensadoras actuales más osadas e inteligentes: la tiranía y la pobreza. Ambas constriñen el florecimiento del ser humano, el desarrollo de su creatividad y de todo el potencial que ofrece la libertad. Son, además, las dos formas que utilizan los estados para limitar la autonomía de sus ciudadanos y ponerlos a su servicio.Para vencer esas dos amenazas, y superar las fuerzas que, consciente o inadvertidamente, las impulsan, es el momento de retomar los valores liberales verdaderos, el corpus de ideas que, a partir del siglo xviii, permitió que los humanos se liberaran progresivamente de las tradicionales cadenas del atraso y el sometimiento. Poco a poco, gracias a esas ideas y a su aplicación en la tecnología, el gobierno y los negocios, se consiguió una prosperidad sin precedentes no solo en el ámbito económico, también en el científico y el cultural.Con su característico sentido del humor, su vasta cultura y su profunda comprensión de los valores humanos, McCloskey desgrana la manera en que el liberalismo conduce a la verdadera igualdad, defiende que es una filosofía optimista que depende de la retórica y aborrece la coerción, y sostiene que no puede prosperar sin una base ética.