Standaard Boekhandel gebruikt cookies en gelijkaardige technologieën om de website goed te laten werken en je een betere surfervaring te bezorgen.
Hieronder kan je kiezen welke cookies je wilt inschakelen:
Technische en functionele cookies
Deze cookies zijn essentieel om de website goed te laten functioneren, en laten je toe om bijvoorbeeld in te loggen. Je kan deze cookies niet uitschakelen.
Analytische cookies
Deze cookies verzamelen anonieme informatie over het gebruik van onze website. Op die manier kunnen we de website beter afstemmen op de behoeften van de gebruikers.
Marketingcookies
Deze cookies delen je gedrag op onze website met externe partijen, zodat je op externe platformen relevantere advertenties van Standaard Boekhandel te zien krijgt.
Je kan maximaal 250 producten tegelijk aan je winkelmandje toevoegen. Verwijdere enkele producten uit je winkelmandje, of splits je bestelling op in meerdere bestellingen.
"Hemos de mirar cara a cara a la realidad: el sacerdocio parece tambalearse. Algunos sacerdotes son como los marineros de una nave violentamente sacudida por el huracán. Dan bandazos y pierden el equilibrio. ¿Quién no se hace preguntas cuando lee ciertos testimonios de abuso infantil? ¿En quién no surgen dudas? El sacerdocio, su estatus, su misión, su autoridad se han puesto al servicio de lo peor; se ha instrumentalizado para ocultar, tapar e incluso justificar la profanación de la inocencia de los niños. En ocasiones se ha usado la autoridad episcopal para pervertir -cuando no para truncar- la generosidad de quienes deseaban consagrarse a Dios. En el corazón de sacerdotes, obispos y cardenales se ha filtrado la búsqueda de una gloria mundana, de poder, de honores, de placeres terrenales. ¿Quién es capaz de asumir esta realidad sin estremecerse, sin llorar, sin hacerse preguntas?No podemos aparentar que todo esto carece de importancia, que todo esto no es más que un percance. Al mal hay que mirarlo cara a cara. ¿Por qué tanta corrupción, tanto extravío, tanta perversión?".A partir de diversos textos de santos, papas y algún otro autor, el Cardenal Sarah da respuestas concretas a esta crisis sin precedentes del ámbito eclesial.