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El torneo de Nueva York 1927 es otro de los grandes torneos de la historia. Participaron los seis mejores jugadores del mundo a excepción de Lasker, ya retirado, y Bogoljubov (quien renunció a jugar). Los organizadores consiguieron que Capablanca volviera a la arena competitiva. Desde su proclamación como campeón del mundo en 1921 tan solo había aparecido en cuatro torneos. Este torneo se disputó a cuatro vueltas y Capablanca dominó claramente de principio a fin. Por supuesto, la clara victoria de Capablanca en el torneo restó algo de interés deportivo al mismo, pero el nivel ajedrecístico fue de gran calidad. Y el hecho de que el autor del libro fuera Alekhine, el retador de Capablanca al título mundial meses más tarde, ofrece cierto interés histórico y condimenta los comentarios con observaciones picantes y polémicas. La pluma de Alekhine criticó con fiereza el juego de sus rivales en este torneo. Estamos ante uno de los mejores comentaristas de todos los tiempos, que nos presenta algunos análisis brillantes. En opinión de Alekhine, la actuación de Capablanca en Nueva York 1927 revel