La mejor historia está siempre por vivir. Un giro al destino. Un viaje. Una segunda oportunidad. Incapaz de recomponer sus propios pedazos, la profesora Blanca Perea acepta a la desesperada lo que anticipa como un tedioso proyecto académico. Su estabilidad personal acaba de desplomarse, su matrimonio ha saltado por los aires. Confusa y devastada, la huida a la insignificante universidad californiana de Santa Cecilia es su única opción. El campus que la acoge resulta, sin embargo, mucho más seductor de lo previsto, y la labor de catalogar el legado de su viejo compatriota y profesor Andrés Fontana, fallecido décadas atrás, dista enormemente de ser tan insustancial como prometía. A medida que se afana en vertebrar la memoria de aquel hispanista olvidado, junto a ella va ganando cercanía Daniel Carter, un colega americano veterano y atractivo que no ocupa el sitio que debería ocupar. Entre ambos hombres, uno a través de sus testimonios póstumos y otro con su complicidad creciente, Blanca se verá arrastrada hacia un entramado de sentimientos encontrados, intrigas soterradas y puertas sin cerrar. Antes de encontrar respuestas, Blanca aún tiene mucho que entender.
Con la misma narrativa lírica y personajes inolvidables característicos de
El Tiempo entre Costuras, María Dueñas nos regala una segunda novela luminosa, un tributo a las segundas oportunidades, la reconciliación y la reconstrucción.