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La última novela de Amélie Nothomb nos sumerge en el universo de la magia a través de dos figuras: Norman Terence, un mago célebre, y Joe Whip, que se presenta en la puerta de su casa buscando un mentor y encontrará un padre adoptivo. Y, como dicta el mandato edípico que da título al libro, entre padre e hijo se establecerá una relación que oscila entre la fascinación y la rivalidad, no solamente por el oficio que uno practica y el otro desea aprender, sino también por la presencia de la seductora Christina, una malabarista. Pronto descubriremos que, de los dos, sólo uno es un verdadero mago. Pues, según la narradora belga, «tendemos a confundir al tramposo y al mago. Son dos universos conectados pero muy distintos. Los magos van a intentar, con generosidad, poner en duda la realidad para que podamos cuestionarla. El tramposo, en cambio, abusará de sus cualidades de mago hasta llegar a ser decididamente deshonesto». ¿No es también la literatura una forma de magia, y el escritor un generoso prestidigitador que mantiene lo real en suspenso mientras dura la fábula? Pero los magos siempre guardan algún que otro truco bajo su chistera, y la historia de Joe y Norman desvelará al lector un desenlace inesperado, sorprendente. «Un hábil juego de espejos en una novela enigmática y muy noir, a imagen de su autora» (Rolling Stone). «Entre exaltada e irónica, Nothomb desarrolla una relación con el texto aparentemente ligera pero, en realidad, extremamente elaborada. Una relación con el lenguaje que nos cambia la mirada, que nos obliga a redescubrir las cosas» (Jean Birnbaum, Le Monde). «Pirómanos, tramposos, fire dancers, incestuosos más o menos simbólicos, amantes de sustancias psicotrópicas ilegales, todos ellos se dan cita en la novela. Un libro cruel, que es también portador de ese humor puramente nothombiano que se despliega a través de los diálogos y de un magistral uso de la gramática» (François Busnel, LÆExpress). «Una novela con forma de partida de póquer sentimental en la que el suspense se mantiene hasta la última jugada» (Bilba). «Afortunadamente aún hay personas que creen en la magia y en lo maravilloso. Amélie Nothomb es una de ellas. En cada novela se reinventa. Es una hechicera» (Stéphanie des Horts, Valeurs actuelles). «La escritura es depurada e incisiva, el tono vivo e inteligente, los temas son originales y sorprendentes, los personajes singulares y desconcertantes; todas estas cualidades le han granjeado a Amélie Nothomb un éxito unánime» (Joëlle Smets, Le Soir).