El poeta que protagoniza los versos de Llegada del Malnacido no canta una estética rarefacta, sino metáforas que recuerdan las necesidades vitales, la urgencia de sobrevivir, la premura de transformar las concretas realidades de opresión, desdén, abandono que convocan a la muerte. Se aferra a la descripción de cómo una cultura que ha olvidado la compasión sólo recupera la dignidad si acepta ver que sus muertos son árboles que van hacia el mar y si reconoce que a sus actos se los llevará el viento aunque siga siendo necesario sentir tristeza cuando se tiene más que los otros. El poeta es un Malnacido cuyo manto ciñe una cabeza de rizos en cascada, una voz que nos sacude los ruidos serviles.
The poet who takes center stage in the verses of Undesirable Arrival does not sing a rarefied aesthetic, but instead he conjures metaphors that recall our basic needs, our need to survive, our urgency to transform the concrete realities of oppression and disdain, and our neglect begs for death. He holds onto the description about how a culture has forgotten compassion only to reclaim dignity-if we agree to see that our deaths are trees that move toward the sea, and only if we recognize that our actions will be carried away by the wind even though it is still necessary to continue feeling sadness when we have more than others. The poet is an Undesirable whose mantle wraps around a head of cascading curls, a voice that shakes us off menial sounds.
Francesca Gargallo Celentani