Standaard Boekhandel gebruikt cookies en gelijkaardige technologieën om de website goed te laten werken en je een betere surfervaring te bezorgen.
Hieronder kan je kiezen welke cookies je wilt inschakelen:
Standaard Boekhandel gebruikt cookies en gelijkaardige technologieën om de website goed te laten werken en je een betere surfervaring te bezorgen.
We gebruiken cookies om:
De website vlot te laten werken, de beveiliging te verbeteren en fraude te voorkomen
Inzicht te krijgen in het gebruik van de website, om zo de inhoud en functionaliteiten ervan te verbeteren
Je op externe platformen de meest relevante advertenties te kunnen tonen
Je cookievoorkeuren
Standaard Boekhandel gebruikt cookies en gelijkaardige technologieën om de website goed te laten werken en je een betere surfervaring te bezorgen.
Hieronder kan je kiezen welke cookies je wilt inschakelen:
Technische en functionele cookies
Deze cookies zijn essentieel om de website goed te laten functioneren, en laten je toe om bijvoorbeeld in te loggen. Je kan deze cookies niet uitschakelen.
Analytische cookies
Deze cookies verzamelen anonieme informatie over het gebruik van onze website. Op die manier kunnen we de website beter afstemmen op de behoeften van de gebruikers.
Marketingcookies
Deze cookies delen je gedrag op onze website met externe partijen, zodat je op externe platformen relevantere advertenties van Standaard Boekhandel te zien krijgt.
Je kan maximaal 250 producten tegelijk aan je winkelmandje toevoegen. Verwijdere enkele producten uit je winkelmandje, of splits je bestelling op in meerdere bestellingen.
Ventana sobre este libro Una mesa remendada, unas viejas letritas móvi les de plomo o madera, una prensa que quizá Gutenberg usó: el taller d e José Francisco Borges en el pueblo de Bezerros, en los adentros del Nordeste del Brasil. El aire huele a tinta, huele a madera. Las planch as de madera, en altas pilas, esperan que Borges las talle, mientras l os grabados frescos, recién despegados, se secan colgados de los alamb res. Con su cara tallada en madera, Borges me mira sin decir palabra. En plena era de la televisión, Borges sigue siendo un artista de la an tigua tradición del cordel. En minúsculos folletos, cuenta sucedidos y leyendas: él escribe los versos, talla los grabados, los imprime, los carga al hombro y los ofrece en los mercados, pueblo por pueblo, cant ando en letanías, las hazañas de gentes y fantasmas. Yo he venido a su taller para invitarlo a que trabajemos juntos. Le explico mi proyecto : imágenes de él, sus artes de grabado, y palabras mías. Él calla. y y o hablo y hablo, expEduardo Galeano nació en Montevideo el 3 de septi embre de 1940 en el seno de una familia católica de clase media. Hijo de un empleado público y de una gerente de librería, Galeano fue criad o en un ambiente de profundas convicciones católicas. Incluso, cuando tenía ocho o nueve años, sostuvo que quería ser santo: «Tuve una infan cia muy mística; pero no me fue bien con la santidad». Galeano tiene una larga carrera tanto en el plano personal como en el profesional. C on tan sólo trece años empezó a publicar caricaturas para el diario El Sol, un periódico socialista en Uruguay, bajo el pseudónimo de «Gius» por la dificultosa pronunciación en castellano de su primer apellido (Hughes). Desde muy joven empezó a trabajar; fue obrero en una fábric a de insecticidas, recaudador, pintor de carteles, mensajero, mecanógr afo, cajero de banco y editor. En la década de los setenta un grupo d erechista militar en Uruguay lo encarceló. Por esta causa se marchó a Argentina. Sin embargo allí ocurrió lo mismo. El régimen de Videla tom ó el poder tras un sangriento golpe militar y su nombre fue agregado a la lista de aquellos condenados por los escuadrones de la muerte. Día s y noches de amor y de guerra, se enmarca en los días de la dictadura en Argentina y Uruguay. En esta ocasión se exilió en Cataluña, en Ca lella, al norte de Barcelona donde publicó en revistas españolas y col aboró con una radio alemana y un canal de televisión mexicano. En este período escribe su famosa y premiada trilogía Memoria del fuego. Con todo, la obra de Galeano no es lo único importante. Vinculado a causa s políticas y defensor de la ideología de izquierdas, recuerda cuando siendo miembro de la juventud socialista iba de pueblo en pueblo a hab lar de socialismo ante la mirada atónita de aquellos pocos que se para ban a escucharle. Galeano sigue abogando por las ideas que condenan e l neoliberalismo y sigue apostando por un socialismo real. Insiste en la crítica situación en la que se encuentra Latinoamérica, sobre todo entre las nuevas generaciones que no creen en la democracia. Según Gal eano, cuando un gobierno adopta soluciones que comprometen a diferente s generaciones, tiene la obligación de consultar el pueblo, porque son soluciones que tendrán repercusiones durante mucho tiempo. Muy vincu lado a este tema, Galeano, comprometido con la causa ecológica, ha arr emetido en numerosas ocasiones contra la producción industrial de celu losa en su país y contra el gobierno de Tabaré Vázquez quien según él: «Ha convertido a Uruguay en un centro mundial de producción de celulo sa», con las devastadoras consecuencias ecológicas que ello conlleva, pero: «La gente prefiere morir de contaminación que morir de hambre». Galeano también ha hablado sobre la inmigración diciendo que las fron teras se cierran al paso de las personas pero se abren paso del dinero y de las mercancías. Sin duda, una de las facetas más conocidas de G aleano es su pasión por el fútbol, reflejada en su libro Fútbol a sol y sombra, se lamenta de que los intelectuales no hayan sabido captar s u verdadero significado y de que siempre se haya creído que el fútbol atrofia la conciencia del pueblo y le impide pensar con la cabeza. El propio autor reconoce que de niño quiso (como todos los uruguayos) ser jugador de fútbol, pero que por su absoluta falta de talento, no tuvo más remedio que hacerse escritor. En 1985 regresó a Uruguay. Actualm ente, tras haber superado una operación en el año 2007, reside en Mont evideo. Uno de los lugares que le gusta frecuentar es el café El Brasi leiro; además dirige su editorial El Chanchito. En su obra se han bas ado otros personajes como el cantautor Joan Manuel Serrat, que ha toma do fragmentos de su obra. El relato La noche, sirvió de inspiración a Serrat para su canción Secreta mujer. En Galeano conviven el periodis mo, el ensayo y la narrativa, pero será sobre todo reconocido como un cronista certero y valiente que recuerda el pasado para analizar el fu turo que estamos dejando. De t