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La manzana de oro reúne ensayos literarios que son una prueba más de la adscripción de Sergio Ramírez a la etiqueta de hombre del Renacimiento , caballero de las letras, de una curiosidad interminable que recorre en este volumen desde episodios del Quijote a anécdotas con Gabriel García Márquez, pasando por José Martí o Jorge Luis Borges. Los dos artistas supremos de Nicaragua en estos momentos son: Sergio Ramírez y el pintor Armando Morales. Implícita en aquél, explícita en éste, la selva ronda, la violencia irrumpe, la sonrisa humaniza Carlos Fuentes Sergio Ramírez ha demostrado destreza y gusto en la rara virtud de contar una historia no para hacernos creer en ella sino para compartir la fascinación de contarla. La extraordinaria ductilidad del género en sus manos va de la política como melodrama a la cultura popular como memoria civil, y traza la saga de una comarca prodigiosa del español coloquial Julio Ortega Si alguien sabe de la novela latinoamericana actual es Sergio Ramírez: él no sólo ha escrito varias de gran categoría y reconocimiento (Castigo divino, Un baile de máscaras, Mentiras verdaderas, Margarita está linda la mar, entre otras tantas), sino que ha dedicado tiempo e inteligencia al estudio de las técnicas narrativas, los vasos comunicantes entre poéticas contrapuestas, los atornillados andamiajes de la prosa moderna y la vida, costumbres y caprichos de sus autores algo a lo que muy pocos creadores se atreven pues, en estos tiempos de inhumana competencia, la gratitud es una virtud muy escasa, tan menguada que sólo me vienen a la mente los ejemplares estudios literarios de Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes más, claro, los de Sergio Ramírez Eliseo Alberto