Standaard Boekhandel gebruikt cookies en gelijkaardige technologieën om de website goed te laten werken en je een betere surfervaring te bezorgen.
Hieronder kan je kiezen welke cookies je wilt inschakelen:
Technische en functionele cookies
Deze cookies zijn essentieel om de website goed te laten functioneren, en laten je toe om bijvoorbeeld in te loggen. Je kan deze cookies niet uitschakelen.
Analytische cookies
Deze cookies verzamelen anonieme informatie over het gebruik van onze website. Op die manier kunnen we de website beter afstemmen op de behoeften van de gebruikers.
Marketingcookies
Deze cookies delen je gedrag op onze website met externe partijen, zodat je op externe platformen relevantere advertenties van Standaard Boekhandel te zien krijgt.
Je kan maximaal 250 producten tegelijk aan je winkelmandje toevoegen. Verwijdere enkele producten uit je winkelmandje, of splits je bestelling op in meerdere bestellingen.
.Un libro imprescindible para cualquier persona que ame los animales .Un libro necesario para cualquier persona que quiera entender un poco más a los seres humanos Laurel Braitman siempre ha estado interesada por los animales, especialmente durante sus estudios de biología y durante su doctorado. Pero el que verdaderamente le enseñó algo nuevo sobre conducta animal fue su perro Oliver que intentaba morder moscas que sólo él veía, que tenía una ansiedad enfermiza por quedarse solo hasta llegar a cometer lo que pareció un intento de suicidio. Mientras estudiaba e investigaba para intentar ayudar a su perro, comenzó a darse cuenta de que los animales pueden tener problemas mentales muy similares a los humanos. Como historiadora de la ciencia que es, Braitman comenzó a investigar todo lo que se ha escrito sobre conducta animal en todo tipo de especies. Desde una elefanta criada por humanos que no se sentía elefanta hasta loros que se quitan las plumas por estrés pasando por delfines que preferían morir antes que vivir en una piscina. La conclusión de este apasionante libro es que analizando las conductas y locuras de los animales, muchas de ellas por culpa humana, no solo podemos entenderlos mejor a ellos sino también a nosotros mismos como especie.