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Este libro ha sido merecedor de un Oscar. El Oscar al mejor guión de 1986 concedido a Woody Allen por la Academia de Hollywood. El lector tiene ahora la oportunidad de apreciar la justicia del premio y de descubrir, prescindiendo de cualquier otro elemento, la extraordinaria calidad del texto a partir del cual se ha realizado esa espléndida película. Se trata en ella de historias cotidianas, cuyos protagonistas viven problemas afectivos comunes, pero cuya trivialidad queda suspendida por la enorme sensibilidad con la que éstos son captados, por la mirada caústica, pero inmensamente comprensiva, con que el autor los contempla. Nada de lo que aquí hacen o dejan de hacer los personajes está bien o mal hecho, pues todos se conducen según sus propias debilidades, se trate de Hannah, de sus padres, o de la corte de maridos, ex-maridos, amantes y pretendientes que rodea a las tres hermanas. Si películas como Sueños de un seductor (n.º 109 de esta colección) o Todo lo que usted quiso siempre saber acerca del sexo (n.º 130) supusieron la consagración de Woody Allen como humorista genial, a partir de títulos como Annie Hall (n.º 99), Interiores (n.º97), Manhattan (n.º 95) o Zelig (n.º115) se fue revelando de un modo cada vez más contundente su envergadura de gran cineasta, unánimemente celebrado por la crítica en su triple dimensión de director, actor y guionista. Fiel a sí mismo, es decir, sin renunciar nunca al humor ni a la cómica parodia de su personaje, Woody Allen conjuga en sus últimas películas un sabio equilibrio entre la comedia y el melodrama a través del cual se ha erigido en el más sutil e implacable retratista del paisaje humano neoyorquino. Hannah y sus hermanas constituye, a este respecto, un logradísimo modelo. Para su traducción, por otra parte, contamos una vez más con la inmejorable labor de José Luis Guarner, quien nos ofrece aquí una cuidadosa versión del original, liberada de las servidumbres del doblaje.