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Durante eones, las mentes más grandes de la humanidad han carecido de respuestas confirmables a las preguntas que definen y explican el significado de la existencia humana: qué somos y qué nos creó. En Génesis, el célebre biólogo Edward O. Wilson examina la historia evolutiva y nos ofrece una descripción reveladora de los profundos orígenes de la sociedad. Al afirmar que las creencias religiosas y las cuestiones filosóficas se pueden reducir a componentes puramente genéticos y evolutivos, y que tanto el cuerpo como la mente humanos poseen una base física que obedece a las leyes de la física y la química, Génesis demuestra que el único modo que tenemos para comprender el comportamiento humano es estudiar las diversas historias evolutivas de las especies no humanas. Wilson demuestra que se han observado al menos diecisiete (entre ellas la rata topo desnuda africana y el camarón que deja sus huevos en una esponja) que han desarrollado sociedades avanzadas basadas en niveles de altruismo y la cooperación parecidos a los humanos. Ya sea escribiendo sobre dípteros que «bailan como acróbatas» o bancos de anchoas que se apiñan como medida de protección para parecer «un pez gigantesco», Edward O. Wilson elabora una obra innovadora sobre la teoría evolutiva con las observaciones biológicas y humanísticas por las que es conocido y admirado.