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Fucked Feminist Fans hace referencia al momento en el que te topas por primera vez con el feminismo, te das cuenta de que eres feminista y abres los ojos de lo cabreada que estás. Una vez que asimilas esa mirada desde los feminismos, estás jodida. Jodida porque ves, analizas y recuerdas todas las violencias a las que habéis estado expuestas y te niegas a que vuelvan a suceder. El título también saca a colación lo manoseadas que han estado las nociones de «feministas» y «fans». Es una dilogía, pues cada palabra tiene un doble sentido o distintos significados a la vez: fucked, feminist y fans pueden ser un insulto, un halago, un meme, un estado de ánimo, una situación vital, una forma de habitar el mundo.Fucked Feminist Fans también podría ser la etiqueta que nos pondría algún crítico cultural porque dentro de estas tres palabras están las Riot Grrrls, las grupis, las Angry Young Women, las despechás, las que denuncian y las que no pueden hacerlo, las W.I.T.C.H, las Guerrilla Girls, las Pussy Riot, están aquellas a las que no creyeron, de las que se rieron, a las que etiquetaron, a las que cosificaron, a las que discriminaron, de las que abusaron, a las que mandaron callar porque calladitas estaban más guapas, etc. Quien lea este libro se habrá sentido fucked alguna vez y también se considerará feminista y habrá sido o es fan de algunas de las personas que aparecen en estas páginas.Aquí vamos a hablar de los diálogos que han mantenido durante los últimos treinta años la cultura pop musical, los movimientos feministas y el sexismo divulgado en los medios de comunicación especializados en música popular ùy en los medios en generalù. Este triángulo está en una constante retroalimentación puesto que la cultura no es ajena a la sociedad ni la sociedad es ajena a la cultura. La influencia que la cultura pop tiene en sus fans, en la sociedad, crea unos movimientos cíclicos, como olas, que coinciden con otros oleajes más sociales, más de la calle.