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Ante todo debéis saber, queridos lectores, que los siete protagonistas de los relatos de este libro no son niños prodigio como Mozart. Sin embargo, sus vidas son prodigiosas porque, como dice el diccionario, «exceden los límites regulares de la naturaleza». Este es el caso de Melinda Milford, obligada por un sortilegio a decir siempre la verdad; o de Begon Howard Reginald Stafford Llewelyn-Fitch, que hace desaparecer a la persona que tiene enfrente cuando pronuncia su propio nombre; o de Balthazar Bollinger, que tiene una figura tan esférica que parece un globo, y por ello está siempre expuesto a los caprichos del viento. Pero no queremos desvelar demasiado, tendréis que ser vosotros, los lectores grandes y pequeños, los que descubráis este libro prodigioso... Poco se sabe de Linda Quilt, sólo que quizá naciera a mediados del siglo XX cerca de Stratford-upon-Avon, en un pueblo inglés que, misteriosamente, no se encuentra ya en los mapas. Algunos críticos literarios han pensado que tras el nombre de Linda Quilt se esconde Hans Magnus Enzensberger, pero todo el mundo sabe que este autor escribe en alemán y Linda Quilt en inglés... De Michael Sowa se sabe con certeza que nació en Berlín en 1945. Ha ilustrado muchos libros, entre ellos Esterhazy, de Enzensberger e Irene Dische. En 1995 recibió el premio Olaf Gulbransson.