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En septiembre de 2021, las jornadas de agitación rural «Rehabitem les ruralitats» reunieron a un centenar de personas comprometidas con la resistencia a la invasión del campo y la montaña por la sociedad industrial. Constatando el expolio y la devastación (productivismo, agroindustria, turismo, acaparamiento de tierras, mercantilización de la agroecología, ahogo del Estado y sus normativas), se afirmó la necesidad de rerruralizar el mundo rural, rehabitar el campo por gente que quiera vivir en y de la tierra. Mientras desde los medios y las instituciones se habla de repoblar la «España vaciada», dedicando incluso un ministerio al «reto demográfico», la periferia rural se ve anegada en macrogranjas, residuos tóxicos, extractivismo sin límites, pérdida de fertilidad de la tierra y urbanización desaforada de segundas residencias y complejos turísticos. Pero no todo es necrópolis ni todo el verde es negocio: hay también utopías concretas apegadas a los lugares. Pequeñas islas donde (re)construir una cierta ruralidad: diversificación de cultivos y recuperación de técnicas, saberes y maneras respetuosas con el medio y la vida de la gente, restableciendo un equilibrio en la relación con la tierra (semillas, cultivos, ganadería extensiva, medios de producción, etc.). Varias de las intervenciones de aquellas jornadas, junto a algún texto más, componen estos Ensayos de agitación rural, que andan salpicados de interrogantes compartidos: ¿Podemos conjugar una relativa desconexión y a la vez sostener la (difícil) confrontación con el Mercado y el Estado? ¿Podemos cuidar los lugares que habitamos? ¿Podemos recuperar la ruralidad como manera de vivir desde la autonomía?