Standaard Boekhandel gebruikt cookies en gelijkaardige technologieën om de website goed te laten werken en je een betere surfervaring te bezorgen.
Hieronder kan je kiezen welke cookies je wilt inschakelen:
Technische en functionele cookies
Deze cookies zijn essentieel om de website goed te laten functioneren, en laten je toe om bijvoorbeeld in te loggen. Je kan deze cookies niet uitschakelen.
Analytische cookies
Deze cookies verzamelen anonieme informatie over het gebruik van onze website. Op die manier kunnen we de website beter afstemmen op de behoeften van de gebruikers.
Marketingcookies
Deze cookies delen je gedrag op onze website met externe partijen, zodat je op externe platformen relevantere advertenties van Standaard Boekhandel te zien krijgt.
Je kan maximaal 250 producten tegelijk aan je winkelmandje toevoegen. Verwijdere enkele producten uit je winkelmandje, of splits je bestelling op in meerdere bestellingen.
Como sabemos, la Nochevieja tiene dos variantes: alegría dionisíaca ante un nuevo comienzo o caída en picado en el inventario de los proyectos abandonados. Quizá la Nochevieja y la vida merecen ser pensadas con mayor sutileza, pero eso es algo que las cuatro personas que coinciden en la terraza del altísimo edificio del norte de Londres conocido como «la torre de los suicidas» deberán aprender. Siempre y cuando resistan el impulso de lanzarse al vacío. Martin era un famoso presentador de televisión hasta que lo descubrieron liado con una jovencita de quince años. Maureen, católica devotísima, ya no puede soportar su solitaria vida. A Jess, malhablada y en plena angustia adolescente, la ha dejado su novio, y ella quiere dejarlo todo. Y JJ es un joven americano con pinta de estrella del rock, que ahora reparte pizzas y no lo soporta. Pero como suicidarse es un acto íntimo, y cuatro son multitud, postergan matarse. Y para matar el tiempo ?o tal vez aprender a vivir? crean un peculiar, imprevisible y altamente inflamable grupo de ayuda mutua. «Posiblemente la novela más divertida, más cómica sobre un suicidio colectivo» (A. Barra, The Village Voice); «La mejor novela de Nick Hornby; resulta imposible no leerla de un tirón» (Ruth Rendell)