Cuando uno se cuestiona para qué va a trabajar cada mañana y no es capaz de encontrar una respuesta satisfactoria, puede acabar transitando el camino de la ansiedad y la frustración. Cuando uno se interroga acerca de su posible legado, en qué transciende su trabajo, cuál es su propósito y el de su empresa, no siempre llega a la mejor conclusión. Tener éxito solo a través del dinero nos puede convertir en seres vacíos, egoístas y egocéntricos, llenos de miedo y de espaldas a la realidad de un mundo que pide soluciones alternativas a los retos sociales y medioambientales que nos amenazan.
Los protagonistas de este libro son empresarios que, a través de sus iniciativas empresariales, generan un impacto social positivo y nos demuestran con su quehacer diario que hay otras formas de hacer empresa y, por extensión, de construir la sociedad.
Estos empresarios sociales encuentran en su vida la posibilidad de trabajar en pos de un propósito elevado que además conecta con un sentido de misión personal. ¿Qué hace que este propósito sea elevado? La íntima sensación de que en su consecución dan lo mejor de sí y a la vez contribuyen a la obtención de un bien general superior. ¿Quién los apodera o faculta en este sentido de misión personal?
Ellos mismos, el encuentro con su verdadera esencia y naturaleza, el desarrollo de su pleno potencial.