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Para André Green, «pensamiento» y «clínico» son dos palabras que difícilmente se asocian: «El pensamiento habita campos de actividad diversos, pero hasta el presente no ha penetrado todavía el ámbito clínico. El pensamiento puede ser filosófico, científico, religioso, etc. El nivel de elaboración teórica en que se apoya su exigencia interna no parece autorizar a la clínica a pretenderlo. (...) La clínica observa, percibe, persigue, adivina. Resultaría dificultoso encontrar en ella la sombra de un pensamiento; su coherencia es más de una vez problemática». No obstante ello, ¿cómo calificar el modo de racionalidad surgido de la práctica psicoanalítica?, ¿cómo dar cuenta del trabajo de pensamiento que se ejerce en la experiencia de la cura? El autor muestra en estas páginas de qué manera es posible introducir el concepto de pensamiento clínico en psicoanálisis, un psicoanálisis cuya teoría se construye sobre los cimientos de la experiencia. En particular, estudia la modificación de los cuadros clínicos sobre los cuales se edificó la obra de Freud, aportando innovaciones y respuestas que el padre del psicoanálisis no podía prever. «Un psicoanálisis que no se interesara por el pensamiento clínico ejercería una disciplina mundana, ornamental y estéril. Terminaría agonizando. Hay perspectivas mejores».