Esta es la historia de Miguel, un niño que cada noche antes de dormir sufre las más insoportables migrañas. Desesperado por calmar su dolor decide pedir ayuda a la luna, quien cumplirá su deseo de dormir tranquilo. Lo que Miguel no sabe es que a la mañana siguiente despertará con un par de pequeñas astas de ciervo sobre su cabeza, las cuales crecerán con el pasar de los días generándole toda clase de problemas en el pueblo donde vive, en dónde según sus habitantes, pronto se convertirá en el portador de los peores escenarios; hambre, desgracia, plagas y sequías, situación que será bautizada por el pueblo como la maldición del niño con cuernos. Esa misma noche Miguel conocerá a una pequeña niña a quien sólo será capaz de ver en sueños y que pronto se convertirá en su única amiga. Juntos lucharán contra los monstruos que comen estrellas, capaces de corromper el corazón más noble y que, como su nombre lo indica, acechan el cielo tratando de comer las estrellas que iluminan las noches oscuras.
Pues entonces, si no pertenecemos a ningún lugar, debemos hacer que un lugar nos pertenezca a nosotros.