Standaard Boekhandel gebruikt cookies en gelijkaardige technologieën om de website goed te laten werken en je een betere surfervaring te bezorgen.
Hieronder kan je kiezen welke cookies je wilt inschakelen:
Technische en functionele cookies
Deze cookies zijn essentieel om de website goed te laten functioneren, en laten je toe om bijvoorbeeld in te loggen. Je kan deze cookies niet uitschakelen.
Analytische cookies
Deze cookies verzamelen anonieme informatie over het gebruik van onze website. Op die manier kunnen we de website beter afstemmen op de behoeften van de gebruikers.
Marketingcookies
Deze cookies delen je gedrag op onze website met externe partijen, zodat je op externe platformen relevantere advertenties van Standaard Boekhandel te zien krijgt.
Je kan maximaal 250 producten tegelijk aan je winkelmandje toevoegen. Verwijdere enkele producten uit je winkelmandje, of splits je bestelling op in meerdere bestellingen.
Julián podría definirse como un perdedor: es poco productivo, acumula discos y libros, trabaja en una librería de segunda mano, pasa todas las noches en el mismo bar de Gràcia y cuida de sus zapatos y camisas como si se tratase de personas humanas. Para él, su único refugio es el Mundo Paralelo, un espacio de fantasía que no contribuye a facilitar su estancia racional en el planeta.Octavia pierde también lo suyo. Su trabajo (poner la voz en el metro, en los contestadores telefónicos y en incontables sitios más), ha ido erosionando su optimismo gota a gota. Su vida tampoco está en el mejor momento: su novio la ha dejado por otra, sus amigos le han dado la espalda y su madre es una pasivo-agresiva de manual.Las vidas de Julián y Octavia convergen en tres días que se aceleran de repente, y juntos fantasean con huir de una Barcelona plácida y aburrida al ritmo de canciones épicas. Un libro, una cinta y una casualidad como tantas otras completarán este encuentro imprevisto que cambiará, al menos por un momento, las vidas, decisiones y esperanzas de sus protagonistas.Esta novela a dos voces, con la que Kiko Amat debutó en el año 2003, mezcla humor y emoción mediante una prosa apresurada, precisa y repleta de estribillos. Una obra de clara esencia anglófila, que bebe de Richard Brautigan, Keith Waterhouse y Colin Mclnnes para construir un mundo subterráneo con el drama y la intensidad fugaz de una canción de música pop.