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En la Colombia de la ?ley de la plata o el plomo? (o aceptas el soborno o te matan sin piedad), Dionisio, se enfrenta al cartel de narcotraficantes enviando cartas al director de La Prensa, el periódico nacional de mayor tirada. En repetidas ocasiones han aparecido en su jardín cadáveres de personas caídas en desgracia a los mafiosos. Evidentes advertencias de que el próximo puede ser él. Sus cartas han levantado polémica y se ha erigido en una especie de paladín intelectual anti-narcos. Por otro lado, los políticos están metidos en los asuntos sucios de la coca hasta el cuello. El propio presidente Veracruz es un bananero iluminado que se ha convertido al hermetismo ocultista después de que su esposa ?ex prostituta- experimentase repetidamente con fórmulas alquímicas para mejorar su vida sexual, quedándose embarazada de un gato por accidente. Los disparates se suceden, el secretario del presidente, iluminado, creyéndose poseedor de Dios sabe qué don, tiene visiones angelicales que salvan a su jefe de sus aprietos. La presión y los atentados de los narcotraficantes se suceden ininterrumpidamente acentuando, más si cabe, la inestabilidad política y social del país. Vivo, continua su cruzada contra el señor de la coca y éste intenta quitárselo del medio de mil maneras.