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Una obra de culto del humor británico. Los diarios de un escritor lúcido, irónico y algo gruñón capaz de enlazar, en una sola frase, reflexiones sublimes y gags disparatados.¿Cómo asume un dramaturgo de éxito los aspectos más banales de toda existencia, los viajes en coche y las mascotas, los multicines y las películas de Steven Seagal, las visitas al urólogo y las cuentas al descubierto? En el caso de Simon Gray, con socarronería, sinceridad a raudales y el desparpajo de aquel al que le importa un pimiento el qué dirán.Gray no tiene un pelo de tonto y carece de rencor. Logra retratarnos tal como somos, pero sin renunciar a la simpatía. Así, es capaz de diseccionar un poema de W. H. Auden o un episodio de Ley y orden con la misma sagacidad con la que juzga a la vecina de playa que le ha robado la hamaca, o de explicar con la mayor elocuencia por qué las hemorroides auparon a Gary Cooper y arruinaron a Napoleón. El libro es también una confesión en toda regla: con las pequeñas contradicciones de la vida adulta, confluye el relato ?a veces amargo, otras orgulloso? de una infancia y adolescencia marcadas por los abusos de sus profesores, las infidelidades paternas y sus propios coqueteos con la delincuencia.Si bien Borges sostenía que a todos nos toca vivir malos tiempos, pocos escritores han sabido despotricar con la maestría de Gray contra los tiempos actuales, «excepcionalmente necios, desabridos y estúpidos», y ganarse así un lugar de honor entre los maestros del humor británico.La crítica ha dicho...«El mejor libro que he leído en todo el año.» Julian Barnes«El gran tesoro oculto del humor inglés. Nunca creo a las personas que dicen reírse a carcajadas con un libro, pero ahí estaba yo con Diarios de un fumador, riéndome a carcajadas una y otra vez.» Craig Brown«Qué divertido y humano es este libro de un autor inglés nada conocido entre nosotros, pero que fue un dramaturgo y diarista realmente estupendo y genial.» Toni Montesinos, La Razón«Diarios de un fumador es un libro divertidísimo, se mete sin miedo -y a veces parece que sin conciencia ni rumbo- en asuntos hondos y situaciones comprometidas; la risa ilumina los rincones y es un modo de acercarse también a sucesos desagradables de los que no resulta fácil hablar. Gray no tiene reparos en poner el cuerpo y la actitud en favor de la carcajada.» Aloma Rodríguez, La Lectura«Diarios de un fumador es inteligente, divertido y triste, y deja al lector con ganas de más.» Daniel Gascón, El País«Un texto repleto de ingenio, agudezas y sarcasmos. El humor que destila es lo que hace que su lectura sea recomendable.» Mauricio Bach, The Objective«Una extensa y divertida meditación sobre la mortalidad y la decadencia.» Luis M. Alonso, La Nueva España