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La historiografía tradicional ha sostenido que España padeció una imagen pésima en la Francia del siglo XVIII, donde el mundo de los philosophes habría alimentado la mitología antiespañola de la llamada «leyenda negra» con su desprecio, desinterés y desconocimiento del país vecino. La historiografía, sin embargo, nunca ha profundizado en la búsqueda de una imagen positiva de España en la Francia ilustrada. Este ensayo desvela la existencia de destacados intelectuales y medios periodísticos franceses interesados en abrir canales de comunicación y estrechar contactos con España. Reconocedores del valor del legado histórico español y críticos con sus compatriotas philosophes, los componentes de esa corriente francesa proespañola —que pertenecieron en su mayoría al ámbito del reformismo moderado y valoraron positivamente los progresos de la España borbónica— admitieron el carácter arquetípico de algunas manifestaciones culturales españolas, sobre todo el teatro y la novela, géneros en los que España —sostuvieron— fue prototipo y modelo de los mejores autores franceses y europeos de los siglos XVI y XVII, e incluso podría seguir siéndolo durante el XVIII.