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Cuentos de Odesa, de Isaak Bábel, es uno de los grandes libros de la literatura rusa. Un libro que nos muestra una ciudad en la que cabían todas las posibilidades de la experiencia humana.Isaak Bábel nació en Odesa cuando esta era una ciudad con un importante gueto judío. Sus historias relatan la vida en este puerto en los últimos días del imperio ruso. Gánsteres, prostitutas, mendigos, contrabandistas aparecen en sus páginas: nadie escapa al agudo análisis de la pluma de Bábel. Desde los cuentos de la crueldad magnética de Benia Krik, infame jefe de la mafia y uno de los grandes antihéroes de la literatura rusa, hasta el devastador relato semiautobiográfico de un joven judío atrapado en un pogromo, esta colección de historias es considerada una de las grandes obras maestras de la literatura rusa del siglo xx.«Para nosotros Odesa es inseparable de Isaak Bábel, empezando por el primer libro suyo que descubrimos en España, los Cuentos de Odesa.áBabel poseía en grado extremo la cualidad de hacer suya imaginariamente una ciudad, de inventarla al mismo tiempo que la describía, convertida en un mundo orgánico, suficiente, cerrado sobre sí mismo, en el que cabían todas las posibilidades de la experiencia humana, de un localismo radical y universalizador, topográficamente meticuloso, como el de Joyce en sus evocaciones de Dublín desde Trieste o París, o el de Giorgio Basani siguiendo los pasos de sus personajes por las calles de Ferrara. Babel es un heredero de Maupassant y de Chéjov con un humorismo picaresco de los bajos fondos, que lo mira todo como el niño judío estudioso y miope que fue, en su querida ciudad desordenada, portuaria y políglota, a la orilla del Mar Negro, como otra Marsella o Alejandría en un Mediterráneo más exótico, de comerciantes, rameras, ladrones, rabinos piadosos, criminales de buen corazón».Antonio Muñoz Molina