Standaard Boekhandel gebruikt cookies en gelijkaardige technologieën om de website goed te laten werken en je een betere surfervaring te bezorgen.
Hieronder kan je kiezen welke cookies je wilt inschakelen:
Technische en functionele cookies
Deze cookies zijn essentieel om de website goed te laten functioneren, en laten je toe om bijvoorbeeld in te loggen. Je kan deze cookies niet uitschakelen.
Analytische cookies
Deze cookies verzamelen anonieme informatie over het gebruik van onze website. Op die manier kunnen we de website beter afstemmen op de behoeften van de gebruikers.
Marketingcookies
Deze cookies delen je gedrag op onze website met externe partijen, zodat je op externe platformen relevantere advertenties van Standaard Boekhandel te zien krijgt.
Je kan maximaal 250 producten tegelijk aan je winkelmandje toevoegen. Verwijdere enkele producten uit je winkelmandje, of splits je bestelling op in meerdere bestellingen.
¿Has visto a la absurda esa que se pinta los morros para ir a comprar chorizos? ¿Y qué me dices de la que calza unos tacones imposibles para ir a trabajar al bar de la esquina? ¿Y la niña del tercero? ¿Todo el día mirándose al espejo, como si fuera una diva? ¿Y la de las tetas enormes, que anda por ahí sin sujetador? Ya, ya... Qué me vas a contar. Qué ridículo todo, ¿eh? Pues no. Porque ¿y si te dijera que todas esas cosas tan absurdas, tan típicamente femeninas, tienen mucho que contar? En este edificio inventado viven veinte mujeres reales y tengo para ti veinte historias que no conoces, pero que te sonarán tan familiares que puede que hasta te asustes un poco. Quién sabe: tal vez alguna de estas historias sea la tuya, porque yo me las sé todas. ¿Y que por qué me las sé todas? Cariño, porque yo también soy un cliché andante... Yo soy la portera.