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Decir que Frankétienne es un escritor sería inexacto. Incluso sería erróneo afirmar que es un gran escritor. Frankétienne es una institución. Ha alimentado y formado y amparado e interpelado a numerosas generaciones de autores haitianos. Durante tanto tiempo, realmente, que pareciera haber estado allí siempre, interminable presencia fértil ?no en vano lo han llegado a llamar «Padre de las Letras Haitianas» en alguna ocasión?. Poeta, narrador, dramaturgo, artista visual, músico, Frankétienne es un volcán que padece de insomnio, que sólo conoce los derrames de la lava, las lenguas de fuego que hablan sin parar, que iluminan y queman.Caofonía es un libro que se desborda. La forma epistolar le proporciona un punto de partida, pero no lo determina ni contiene. Es una carta, sin duda, pero también es un largo poema en prosa, un manifiesto y, en última instancia, una poética. Su habla es torrencial, avasalla al lector, lo sumerge y arrastra en una corriente imaginaria que se siente por momentos inagotable. La voz nunca se detiene a tomar aliento: está escrito en una larga, cálida exhalación.Adalber Salas Hernández