Una familia disfruta de la música nocturna del desierto tejano en esta historia de tradición y recuerdo de Laekan Zea Kemp, ganadora de una Mención de Honor Pura Belpré. Todo empieza con un suave golpeteo, cuando el tío Eduardo tamborilea con las manos
sobre sus polvorientos pantalones.
Cuando el rubor del atardecer da paso a la noche en el desierto, emergen coyotes, cigarras y lechuzas, cada uno de ellos llamando a la luna. Observando desde su porche, la familia participa en la canción. Uno por uno, cada familiar ofrece sus tambores, flauta, maracas, cuerdas y voces.
Cantan con los insectos, pájaros, serpientes y sapos; y cantan con sus antepasados, una audiencia que brilla entre las estrellas. Con cada rasgueo de instrumentos heredados, los recuerdos se renuevan y los familiares que han fallecido están vivos y cercanos de nuevo.
Canción del desierto tararea y suena con toda la música que un porche y el desierto más allá de él pueden contener. El conmovedor texto de Laekan Zea Kemp, ganadora de una Mención de Honor Pura Belpré, baila a través de las encantadoras ilustraciones de Beatriz Gutiérrez Hernández. Los lectores se quedarán con la reconfortante sensación de que cuando la creatividad florece, el pasado nunca está fuera de su alcance y los vínculos importantes nunca se rompen.