Standaard Boekhandel gebruikt cookies en gelijkaardige technologieën om de website goed te laten werken en je een betere surfervaring te bezorgen.
Hieronder kan je kiezen welke cookies je wilt inschakelen:
Technische en functionele cookies
Deze cookies zijn essentieel om de website goed te laten functioneren, en laten je toe om bijvoorbeeld in te loggen. Je kan deze cookies niet uitschakelen.
Analytische cookies
Deze cookies verzamelen anonieme informatie over het gebruik van onze website. Op die manier kunnen we de website beter afstemmen op de behoeften van de gebruikers.
Marketingcookies
Deze cookies delen je gedrag op onze website met externe partijen, zodat je op externe platformen relevantere advertenties van Standaard Boekhandel te zien krijgt.
Je kan maximaal 250 producten tegelijk aan je winkelmandje toevoegen. Verwijdere enkele producten uit je winkelmandje, of splits je bestelling op in meerdere bestellingen.
Hijo desheredado de Roberto Guiscardo (descrito en su propia lápida como "Terror del mundo"), Bohemundo I de Antioquía pertenecía a la estirpe de caballeros normandos que se desplazaron a Italia en busca de fortura y que sólo contaban con su españa para abrirse camino en el mundo. Encontró su oportunidad con el llamamiento del papa Urbano II a una cruzada que liberara Tierra Santa, y supo aprovecharla, convirtiéndose en uno de los principales líderes. En Bohemundo se daba una rara combinación de ardor guerrero, carisma y astucia diplomática que le permitió, tras un largo e infructuoso asedio, apoderarse de Antioquía la víspera de la llegada de un descomunal ejército que exterminó a los cruzados ante las murallas de la ciudad. Capturado por los sarracenos y posteriomente liberado, regresó en busca de refuerzos a la Francia de Felipe I (con cuya hija se casó), para acabar sus día en Bari, no sin antes haber librado nuevamente batalla con su gran enemigo íntimo, el emperador de Constantinopla Alejo Comnemo, pues nunca abandonó el proyecto de conquistar y legar a sus descendientes la capital del Imperio bizantino. La Edad Media europea es una época que Flori conoce a la perfección, lo que le permite trazar con toda fidelidad el marco histórico en que se movían tanto el estamento religioso, como el político y el militar, y su profundo estudio de las fuentes de la