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«El esclavo es un hombre muerto», escribe Juan Francisco Manzano en su autobiografía. Y sin embargo, sabe el escritor que con cada acto de habla, con cada acto de lenguaje, todos los individuos realizamos un acto de identidad. Para Manzano, el acto de escritura es un acto de libertad. Su autobiografía, además de ser una denuncia del régimen esclavista, es un deseo de libertad, y lo más significativo, el triunfo de su lucha por expresar artísticamente su subjetividad.Históricamente, la autobiografía de Manzano es un importante testimonio de la vida de la época: entendemos la cotidianeidad de la clase alta cubana y sus costumbres. También es una valiosa lección sobre el poder de los libros: es fácil matar personas, más si son esclavos, pero no libros: por más que traten de destruirlos, existe la posibilidad de que sobreviva una copia.Sabemos poco de Juan Francisco Manzano, salvo lo que él mismo nos cuenta. Nació hacia 1797 en Matanzas (Cuba). Hijo de una esclava doméstica, pudo benefi