La presente monografía analiza las obras dramáticas de Lope de Vega, Tirso de Molina y Calderón de la Barca como reacción a la inestabilidad política y social de España en la primera mitad del siglo XVII. En contra de la inteación que presenta la comedia como un instrumento de propaganda de la monarquía, este estudio propone que muchos de los dramas escritos en este período funcionan a modo de velo que sutilmente revela una crítica metafórica de los reinados de Felipe III y de Felipe IV. Tales dramas, con una función ética y política y dentro del subgénero que definimos como "alegorías del poder", representan una serie de reflexiones sobre la buena y mala conducta del gobierno. Si bien sus argumentos están tomados de la tradición clásica, bíblica, europea y de la historia de España, o de leyendas antiguas, tal cuerpo dramático hace una severa reflexión sobre el gobierno justo y virtuoesta en práctica de una moral recta y de unos valores políticos correctos. El discurso dramático que permite que estos dramaturgos, sin riesgo de censura, se hagan portavoces del sentir de un coro de voces, dialogando con otros géneros (tratados políticos, emblemática, poesía tradicional, etc.), reflexionando sobre la personalidad del príncipe ideal y sobre el arte de gobernar, llega a veces a proponer la urgente necesidad de una reforma en la conducta del imperio. Antonio Carreño-Rodríguez es profesor asistente de español, George Mason University.
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