Standaard Boekhandel gebruikt cookies en gelijkaardige technologieën om de website goed te laten werken en je een betere surfervaring te bezorgen.
Hieronder kan je kiezen welke cookies je wilt inschakelen:
Technische en functionele cookies
Deze cookies zijn essentieel om de website goed te laten functioneren, en laten je toe om bijvoorbeeld in te loggen. Je kan deze cookies niet uitschakelen.
Analytische cookies
Deze cookies verzamelen anonieme informatie over het gebruik van onze website. Op die manier kunnen we de website beter afstemmen op de behoeften van de gebruikers.
Marketingcookies
Deze cookies delen je gedrag op onze website met externe partijen, zodat je op externe platformen relevantere advertenties van Standaard Boekhandel te zien krijgt.
Je kan maximaal 250 producten tegelijk aan je winkelmandje toevoegen. Verwijdere enkele producten uit je winkelmandje, of splits je bestelling op in meerdere bestellingen.
Una de las características más destacadas del momento actual la consti tuye precisamente el convencimiento generalizado de que el recurso a l a historia ya no ilumina nuestro presente. Adiós, historia, adiós inte nta analizar las causas por las que ello ha podido ocurrir.Porque, en efecto, no hemos llegado a un escenario así por casualidad, ni, menos aún, como resultado de ninguna fatalidad o destino. En cierto modo inc luso podríamos decir que constituye un desenlace previsible de la conf luencia de un esquema mental con el que abordar lo humano, el diseñado por la Modernidad, y las transformaciones que ha ido sufriendo nuestr a sociedad en los planos social, económico y político en las últimas d écadas. El proyecto moderno nace con el desarrollo del modo de producc ión capitalista y lo ha acompañado en sus cambios hasta el presente. A mbos han sufrido su propia evolución, que no siempre ha ido acompasada .El ideal ilustrado acabó dando lugar a patologías en el plano del dis curso político que finalmente han quedado asociadas al siglo xx mismo. Por su parte, el modelo de crecimiento económico y de producción de r iqueza ha ido adoptando una deriva tal, que ahora se diría que precisa mente él constituye la causa de buena parte de los males que nos asola n. En definitiva: ni estamos donde esperábamos, ni somos como (¿o quié nes?) creíamos podría ser la forma de resumir la percepción que en est a época tenemos de nosotros mismos y del lugar en que hemos ido a dese mbocar. De ahí a afirmar que no hemos aprendido nada de la historia o, peor aún, a sostener que la historia nada puede enseñarnos no hay más que un paso que la presente obra intenta mostrar que ya hemos empezad o a dar.